martes, 18 de marzo de 2008

Curiosidades y divagaciones.

Imagino que todos sabeis que con Windows vienen de serie algunos juegos de cartas. Los hay para jugar en línea, por ejemplo: Corazones en internet, al que no se jugar, aunque me gustaría, que me llama la atención, principalmente, por que me recuerda una novela de Stephen King "Corazones en la atlántida", un muy buen relato en el que las historias, entrelazadas por sus personajes, se van sucediendo a lo largo del tiempo, hasta llegar a un desenlace sorprendente, como no podía ser menos en un libro de este autor. (Se hizo una película, si mal no recuerdo protagonizada por Anthony Hopkins, que aunque estaba muy bien, no le hace justicia al libro).
Me gusta Stephen King. (Sus libros, claro). Creo que los he leido todos, o casi todos.
Si me hicieras elegir alguno, me quedo con It; aunque Apocalipsis no le va a la zaga.
Ambos los he leido más de tres veces, y eso que son auténticos tochos.
It es una historia maravillosa de amistad que sucede en dos épocas; cuando los protagonistas son niños y cuando son ya adultos, cada uno con su vida, y se reunen de nuevo para, rememorando la epopeya que vivieron de niños, volver a luchar contra el monstruo del pueblo.
Está escrita de tal manera que ambas épocas se entrecruzan, pues un recuerdo cuando son mayores hace que regresen a la infancia y luego, algún detalle de esta época hace regresar la historia a la edad adulta.
Lo leí tres veces casi seguidas.
La primera vez lo leí de un tirón, la segunda fui remarcando cada época para diferenciarlas, pues el único nexo que demuestra que están en una u otra, a veces son solo unos puntos suspensivos entre párrafos.
La tercera vez la leí por épocas. Primero la más antigua y luego la más moderna.
Aunque después de esto he vuelto a releerlo de forma "normal".
Apocalipsis es la historia de una hecatombe y la lucha subsiguiente entre el bien y el mal.
En ésta, no olvidaré la escena en que el hombre basura va al desierto a buscar cabezas nucleares para su "amo". La forma en que describe la degradación del hombre al contacto con la radiación, mientras circula por el desierto con su vehículo cargado de ojivas, es verdaderamente epeluznante.
Me impactó hasta tal punto, que cuando algunos años más tarde vi la mini serie que hicieron del libro, me decepcionó la manera en que habían plasmado esta escena. Volví a releerlo por ver si mis recuerdos eran reales o mi imaginación los había magnificado con el tiempo, pero no, no me equivocaba. Recordaba la escena y la descripción tan vívidamente, que tuve razón al decepcionarme.
Aunque, por regla general, salvo algunas excepciones como El cortador de césped, no suelen decepcionarme las adapataciones cinematográficas que se hacen de sus novelas y ésta, si obviamos esa escena concreta, me gustó mucho.
Pero me he ido por los cerros de Úbeda.
Quería contarte una cosa muy curiosa que he observado a menudo.
Entre los juegos de cartas que menciono, hay un solitario llamado Spider. Es muy entretenido.
El juego consiste en que salen varias filas de cartas con una a la vista cubriendo otras que están de espaldas, más unas cuantas manos de reserva en la parte baja de la pantalla. Las vas moviendo, el 6 sobre el 7, el 5 sobre el 6 etc. para intentar descubrir las tapadas. La única que no puedes colocar encima de ninguna es el Rey, por ser la última de cada fila que has de completar.
Puedes colocarlas sin fijarte en el palo, pero si la fila completa no es del mismo palo, no se elimina.
Cuando no quedan más jugadas pinchas en las bazas de reserva y se colocan encima de las que ya tienes, una por fila y lo peor que puede pasar es que salga un Rey y te chafe una fila correcta casi terminada.
Tiene tres niveles de juego, Fácil, Medio y Difícil.
En el fácil has de apilar varias barajas del 12 al 1, todas del mismo palo. Picas.
En el Medio hay dos palos, picas y corazones y has de apilar las cartas por palo para que se eliminen.
En el Difícil salen los 4 palos de la baraja francesa, picas, diamantes, tréboles y corazones y resulta MUY difícil conseguirlo.
Pero el nivel medio es bastante fácil y es con el que suelo jugar.
Y, dado que he jugado en diversos momentos del día, he observado que es más fácil que salgan buenas cartas, tanto de las bazas de reserva como de las escondidas, por la noche que a lo largo del día.
¿Casualidad?

5 comentarios:

La terapia de Rafaela dijo...

La verdad que nunca he leído nada de Stephen King, por asociarlo con el terror, el miedo, y no me he animado. No sé si lo voy a leer, pero según tu le cuentas "me entran unas ganitas" bss

Eulalia dijo...

Hola Rafaela, Como has podido leer, yo no me he perdido casi ni uno.
Sus historias, exceptuando El misterio de Salem's Lot, también conocida como La hora del Vampiro, son en su mayoría lo que se llama terror sicológico. Situaciones cotidianas llevadas al límite.
Buenos ejemplos de ello son Misery y El juego de Gerald.
A ver si hago una entrada resumiendo algunas más.
Un abrazo.

maite dijo...

Casi siempre ocurre que la versión cinematográfica no esta para nada a la altura de los libros. Yo ley de jovencilla "El señor de los Anillos", incluso esperé que se publicara en españa la 3ª entrega y luego no he querido ver la peli, por un lado pq el recuerdo tan maravillos que tengo de los libros (igual ahora sería otra cosa) y por otro pq pienso eso, que no me va a dar la misma impresión.
Un abrazo

Mª Mercè dijo...

No es mi afición las novelas tipo Stephen King.
Lo que sí me apasiona es el juego del spider. Aunque ya hace tiempo que no juego. Cuando empiezas, es como una droga: juegas y juegas sin poder parar!!

Un petonet i bons díes de festa.

Eulalia dijo...

Es cierto, Maite, a menudo las versiones cinematográficas decepcionan, pero con el Sr. de los anillos, la trilogía, te aseguro que no fue así. Lo único que encontré a faltar fue a Tom Bombadil, pero es muy fiel a la historia.
Mª Mercè, ja ho pots ben dir que n'es d'adictiu l'Spider. I lo que emprenya cuan et surten cartes que et foten el joc enlaire! Per sort et permet desfer moltes jugades, no com els altres dos de cartes que tan ho sols permeten un cop.
Una abraçada ben forta a totes dues.