Vivo en un país donde no hay día que no salga a la luz algún chanchullo de los que mandan.
Donde, en lugar de meter en la cárcel a los defraudadores de impuestos que han depositado su capital en paraisos fiscales para no tener que pagarlos, se está pensando en hacer una ley para amnistiarles.
Donde se "rescata" a los bancos a costa de los ciudadanos.
Donde se nos miente a diario por parte del gobierno.
Donde se recortan inversiones en asuntos sociales, escuelas, sanidad, investigación, etc. mientras se subvenciona la tortura a los animales en una mal llamada fiesta nacional.
Donde los ricos son cada día más ricos a costa de los pobres.
Donde los trabajadores tenemos cada día menos derechos y más obligaciones.
Donde los que mandan nos toman a todos por imbéciles.
Donde... la lista de desmanes sería tan larga que no cabría ni en un rollo de papel higiénico doble.
Pero, ¡ah, amigo! la selección gana una copa y se desborda el orgullo patrio.
Y oyes eso de "Yo soy español", cantado y jaleado por las masas, que olvidan que ser español es ser menos que nada.
Que los mercados temen invertir en este país.
Que solo nos tienen en cuenta para venir de vacaciones, ya que aquí las cosas les salen más baratas que en su tierra.
Que hace siglos que un español no gana un premio Nobel.
Y encima...
Que los tios que han ganado ese trofeo no hacían más que cumplir con su trabajo, trabajo por el que cobran cada més más que todos esos que les jalean juntos.
Que esos tíos, además, cobrarán una cantidad de dinero extra, con la que alguno podría comprarse una vivienda digna y que no son capaces ni de donarlo a las comunidades que ardían mientras ellos corrían detrás de la pelota.
Lo peor es que si les dices que tu no te sientes español/a, que no te emociona ese trofeo y les dices lo que piensas, se enfadan y te tratan de todo.
El día que la masa se de cuenta de esto, quizá estaremos más cerca de ponerle remedio.
Y quizá, solo quizá, el resto del mundo nos vuelva a respetar.
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