domingo, 3 de febrero de 2008

Hablemos de e-mails (2ª parte)


Si el otro día despotricaba contra los mails enviados por los amigos, déjame que hoy te hable de los enviados por desconocidos, también conocidos como Correo no deseado o Spam.

Yo no se de donde sacan las direcciones de correo, pero no me libro de ellos en ninguna de las que tengo.

G-mail y Hotmail tienen la deferencia de archivarlas en una carpeta aparte y tanto el uno como el otro los eliminan al cabo de una cierta cantidad de días.

El problema es que hay que revisarla de vez en cuando, pues no suele ser raro encontrar entre la basura algún correo de alguien que, por cualquier motivo, no figura entre tus contactos habituales, pero a quien no consideras "no deseado".

De manera que cada dos o tres días, (a veces más a menudo), suelo entrar en estas carpetas a ver qué hay.

El correo que me proporciona Ono, (la compañía a la que pago cada mes para tener acceso a la red) y el que me ofreció gratismente Lycos, (donde tengo la página web), no son tan delicados y estos mensajes se mezclan alegremente con los "normales".

A la dirección de Ono, como fue la primera que tuve, me envian a diario algunos periódicos y en la de Lycos podía encontrar mensajes de visitantes de mi web que necesitasen alguna aclaración. (Digo podía porqué hace tiempo que pasé de esta cuenta y cambié todos los enlaces a la dirección de gmail).

El caso es que no hay día que no reciba, en cada una de ellas, media docena de "ofertas" para comprar, entre otras cosas, viagras varias, alargadores de pene y otros inventos que harán que me sienta (sic) más fuerte en el amor, más macho, más ... ¿¿¿¡¡¡-!!!???

¿No saben distinguir un nombre femenino de uno masculino? Porqué en casi todas las direcciones está incluido mi nombre, ya sea en su versión real, eulalia, o en su versión web, laeulalia.

Por supuesto no se me ocurriría enviar el formulario para que no me den más por saco, vaya a ser que en vez de remitir dichos correos me encuentre un día con un pedido no formulado en la puerta de mi casa.

No hay comentarios: