Como epílogo a la serie de entradas que he hecho hablando del que ha sido desde hace años uno de mis autores favoritos, en cuanto a este estilo se refiere, os contaré acerca de su colaboración con Peter Straub.
Descubrí a Peter Straub el dia que leí Fantasmas.
Straub tiene una extraña habilidad para hacer que te pierdas en sus libros y tengas que retroceder si se te ocurre saltarte algún párrafo.
Es un autor que no gusta a quienes prefieren enterarse enseguida de lo que pasa.
Sus historias son complicadas, rebuscadas, pero si eres amante de la lectura te atrapan.
Un día vi un libro escrito a medias entre ambos. Era un libro bastante voluminoso titulado "El talismán.
Una auténtica pasada de historia.
No es exactamente de terror, sinó que se podría enclavar en el género de la fantasía.
Es la historia de un muchacho de unos doce años, hijo de una actriz cinematográfica, a quien llaman la reina de las películas de serie B, viuda, que se está muriendo a causa de un cáncer, que se lleva a su hijo a pasar los últimos dias, o meses, de vida a un hotel de la costa Este, semi-vacío por ser temporada baja.
Mientras están allí el chico descubre que existen otros mundos, paralelos al nuestro, en los que todos los que vivimos aquí tenemos un doble y que puede salvar a su madre, si logra salvar a la reina de uno de esos mundos.
Su padre tenía el don de poder ir de un mundo a otro y él lo ha heredado, aunque lo ignora.
Es la historia del viaje de este muchacho, a caballo entre los dos mundos, de costa a costa, en busca del talismán que salvará a su madre y a la reina.
Está plagada de personajes de ambos mundos, algunos tétricos, otros amables, que le ayudarán o intentarán impedir su avance en ambos.
Dos momentos del libro me impactaron.
A poco de empezar la historia, el chico le dice a su madre que se está quedando muy delgada y la madre le responde. "Nunca se está lo suficientemente delgada ni se es lo suficientemente rico".
En el otro mundo, Jack Sawyer, el protagonista, conoce a Lobo.
Lobo es un muchacho de la edad de Jack, mitad hombre mitad lobo, pero sin la maldad con que son retratados en las novelas típicas de hombres-lobo.
Allí no hay coches ni contaminación, lo retratan como la edad media del nuestro.
En un momento de la historia los dos muchachos saltan a este mundo, huyendo de alguien que les persigue en aquel y aparecen en una ciudad.
Es la primera vez que Lobo lo hace y cuando aspira, se siente asqueado de los efluvios que captan su sensible nariz, el humo de los tubos de escape, los cubos de basura que se amontonan en las callejuelas, etc. y le dice a Jack que no comprende como podemos vivir entre tanto hedor.
El libro te provoca sonrisas y angustias.
Te encoge el corazón cuando Jack y Lobo son encerrados en un correccional dirigido por el doble de uno de los personajes más siniestros de los que habitan en los Territorios, (así llaman a esta otra realidad, o mundo), no yéndole a la zaga a su doble en maldad.
Años después, Stephen King y Peter Straub escribieron una segunda parte de la historia de Jack. Casa negra.
En ésta, Jack, ya adulto, se ve obligado a regresar a los Territorios para resolver una serie de asesinatos que están ocurriendo en la ciudad donde vive y de la que él es inspector de policía.
Como es lógico no recuerda nada de su aventura, pero la investigación en la que se ve envuelto hace que algo en su cerebro despierte.
Son dos libros totalmente recomendables, pero, aunque independientes las historias, si no has leido el primero se escapan algunas cosas del segundo.
Y como colofón os dejo un regalo especial. No está relacionado con el tema más que muy, muy, por los pelos, pero el vestuario me ha recordado a los personajes de los Territorios, así que lo incluyo.
Es una escena de Giselle, interpretada por Carla Frasci. El 10:35 que se ve en la pantalla no es la duración del vídeo que dura minuto y poco. Espero que os guste.
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