miércoles, 18 de junio de 2008

¿De quien es la culpa realmente?

Ayer estuve escuchando una entrevista a un economista que explicaba por qué sube la gasolina y el trigo y la leche y el arroz y muchas otras cosas.
Y aunque la economía más allá de la familiar no es lo mío, la conclusión a la que llegué tras oirle es que la culpa no es de la famosa ley de la oferta y la demanda, sinó de unos valores que se han inventado los ricos para hacerse aún más ricos a costa de los que no lo somos, con lo que los que no somos ricos, cada vez tenemos menos probabilidades de llegar a serlo.

El asunto empezó, por que Toni Clapés le dijo que un amigo suyo había rechazado invertir en un tipo de bonos o valores, o como leches se llamen, en los que, por decirlo de alguna forma, se apostaba al encarecimiento de los alimentos.

Y el analista económico, de cuyo nombre no puedo acordarme, explicó de que iba la película.

El resumen de su perorata, cuando Toni le pidió que lo explicara de forma que todos pudiéramos entenderlo, era este:
Don Millonetis compra unos papeles que justifican que ha comprado tropecientos mil euros de gasolina, (pero realmente no compra gasolina) y a los pocos días vende esos papeles por tropecientos y pico mil euros, con lo que gana ese pico, que, lógicamente, no es moco de pavo.

Pero con ello lo que consigue, además, es que el precio de la gasolina real, la que pagamos tu y yo cuando el depósito del coche empieza a llorar, también suba proporcionalmente.

Y lo mismo se puede hacer con los alimentos.

O sea que, como de costumbre, unos cuantos hijosdeputa engordan sus arcas a costa del trabajo y el sacrificio de todos los demás.

Toni le preguntó si eso era lógico, correcto, decente, (no recuerdo qué palabra usó, pero por ahí iban los tiros) y si nadie podía evitar este desmadre.

Y el buen hombre explicó que hace tiempo, los gobiernos se negaban a permitir que se pudiese "jugar" con las cosas de comer, pero que un buen día los americanos (¡como no!) empezaron a permitir este despropósito y acabaron apuntándose al carro del vil metal todos los paises ricos, empujados ¡como no! por los bancos, que enseguida se dieron cuenta de que esta era una buena manera de ganar más pasta de la que ganan a cuesta nuestra.

Porqué los bancos, lógicamente, no juegan a ese juego con su dinero, sinó con el nuestro.

Para poder adquirir este tipo de "papeles" se ha de disponer de un buen fajo, ya que no se admiten apuestas por menos de, creo recordar, 50.000 euros. (Y eso es mucha pasta).
Y, claro está, los bancos no van a arriesgar su dinero, así que juntan pequeñas inversiones de personas que nunca soñarían con ganar demasiado y hacen su apuesta.

Luego, lógicamente, ellos se quedan el trozo más grande del pastel y reparten el resto entre los que les han permitido apostar.

Así que ¿de quien es la culpa de la inflación, de la subida del IPC, de que los sueldos cada vez den para menos, de las huelgas que hemos vivido estos días, (y las que vendrán), de...(añade lo que quieras aquí)?

1 comentario:

Marian dijo...

Al final siempre pagamos los mismos, los consumidores, mientras tanto hay gente por ahí que se está haciendo de oro. No hay derecho, ya les vale con tanto abuso.
Besos para ti Eulalia.