Cuando me instalaron la línea para acceder a internet, una de las primeras cosas que hice fue poner en marcha el mesenger y cada día, en cuanto encendía el ordenador, el primer programa que activaba era ése.
Cuando abrí el primer blog, lo primero que hacía, una vez abierto mesenger, era entrar a ver si alguien me había dejado algún comentario, (todavía no funcionaba el sistema de envío de avisos) y luego me pasaba horas buscando la manera de personalizar el blog, aprendiendo a usar los trucos que veía y aplicándolos en mi space.
Hoy llevo en el ordenador bastantes horas y hasta ahora no me he acordado de poner en marcha el mesenger.
Últimamente me suele suceder. Enciendo el pc y lo primero que me sale es gmail, de forma automática. Entro a ver el correo, respondo a las consultas que me han dejado, elimino correos indeseados y respondo a los comentarios que habeis dejado en mis blogs.
Eso hace que tenga que entrar en mis blogs de aquí y ya en ellos me doy una vuelta por los que tengo enlazados, miro si hay algún nuevo truco que probar, o me pongo a modificar alguna plantilla, ya sea por que alguien me ha pedido algo concreto, ya sea por ver si logro alguna cosa diferente.
Y así pasan las horas sin acordarme de mesenger para nada.
Solo cuando miro el reloj que tengo con la hora de Puerto Rico, y veo que cabe la posibilidad de que mi pequeña esté conectada, me acuerdo de él.
A veces me sale alguna ventana en la que alguien me pregunta si estoy conectada, pero a menudo la persona que lo preguntaba ya no está en línea, pues ha enviado su mensaje bastante tiempo antes.
Afortunadamente, no es el único sistema de contacto con mis hijas, y se que si tuvieran algo urgente que comunicarme, me llamarían por teléfono.
¡Os quiero, pitufas!
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