Han terminado los juegos. Una estupenda ceremonia de clausura ha dado fin a 16 dias de deporte.
Pero mientras veia la ceremonia, a mi se me ha ocurrido pensar que, pese a las buenas intenciones del barón de Coubertin, el significado de los juegos no tiene demasiado que ver con sus orígenes.
En la antigua Grecia, estos dias eran un paréntesis en las guerras, en las que siempre estaban enzarzados.
Una tregua, un cese de hostilidades, tan sagrado, que no podía ser violado bajo ningún concepto.
Hoy en día, a la vista está.
En el transurso de estos juegos, Rusia ha atacado ¿Georgia?, o algún país vecino, con la excusa...
¡que más da!, cualquier excusa es buena cuando se tienen ganas de invadir a alguien.
Sin contar las guerras que ya no son noticia en las que, a buen seguro, estará más o menos implicado alguno de los más de 200 paises que desfilaron en la ceremonia de apertura.
¡Son otros tiempos!
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