viernes, 30 de noviembre de 2007

Perspectiva

Si alguien me hubiera dicho hace 40 años, cuando empecé a trabajar como recepcionista, mecanógrafa, chica para todo, en el despacho de un abogado, que iba a ganar, 40 años más tarde, 166 mil y pico de pesetas, hubiese pensado que me estaban tomando el pelo.
Porqué por aquel entonces, me sentía la reina del mambo con las 3.000 pesetas que ganaba cada més ya que, para mi, aquella cantidad era casi una pequeña fortuna.
No se si esa cantidad era realmente tan escasa como me parece ahora, no tengo una visión perspectiva de los precios de entonces puesto que eran mi madre y mi abuela las que se encargaban de hacer la compra.
Yo, con las propinas que lograba haciendo recados para las vecinas, que casi nunca superaban la peseta monda y lironda, era feliz, así que ver 3 mil de golpe cada fin de mes era poco menos que un milagro, aunque desaparecieran de mi vista en cuanto le daba el sobre a mi madre.
Cuando 5 años más tarde cambié de trabajo (la oficina me aburría soberanamente) y entré a trabajar de dependienta en unos no muy grandes almacenes y me ofrecieron 5.000 pesetas de sueldo mensual y me dieron de alta en la seguridad social, me di cuenta de cómo me había estado tomando el pelo el abogado, pues, además de no asegurarme, salí de la oficina ganando 3.500 pesetas, aumento que me había concedido el año anterior.
Lo que viene a demostrar que hasta más reputados juristas se pasaban la ley por el forro, si les apetecía.
Tampoco podía imaginar entonces que, ahora, con lo que hubiese considerado una fortuna, tendría que hacer verdaderos juegos malabares para llegar a fin de mes, tras haber hecho frente a los gastos imprescindibles para una supervivencia digna.
¡Así es la vida!

2 comentarios:

ascen dijo...

Así están las cosas... los sueldos no llegan ni para pipas y en poquito tiempo ni para las cáscaras.
Pasaremos de pobres a paupérrimas. :(

Eulalia dijo...

¡Ya puedes decirlo, ya!
Besos.