viernes, 4 de enero de 2008

La informática y yo (capítulo 6) Las webs

La web fue todo un éxito.
Al poco tiempo de inaugurarla ya había superado las mil visitas, luego superó las diez mil y en el momento de su desparición, apenas un año después, llevaba la friolera de más de 24.ooo.
Tan solo tenía tutoriales de lo que se podía hacer en Spaces.
Pero en aquel momento eran tantas las cosas que se podían hacer, tantos los trucos que se podían aplicar para reconfigurarlos y tantas las personas que querían aplicarlos, que las visitas eran constantes.
Además contó con una campaña publicitaria excepcional; la mejor que puede darse; el boca/oido. (En este caso ojos).
Ya que, aparte de las entradas en mi blog hablando de ella, o redirigiendo a la gente a ella para que encontraran solución a algún problema que me planteasen, que ya estuviera explicado allí, esas mismas personas, al usarla y ver que les era útil, la recomendaban, ya fuera enlazándola en sus blogs, o dirigiendo, a su vez, a ella, a quien les preguntaba como hacer cualquier cosa.
La ventaja de aquella página respecto a la mayoría de blogs, que explicaban lo mismo, era que las explicaciones estaban pensadas para quien no domina el ordenador ni tiene ni idea de informática y quien, además, no hubiese tenido oportunidad de investigar un poco, ya fuera por miedo o por cualquier otra causa.
Pues la mayoría de tutoriales que vi, o utilicé, sin un mínimo de intuición, no resultaban sencillos de aplicar.
Además, mis instrucciones estaban apoyadas por imágenes de lo que aparecía en la pantalla a cada paso, lo que hacía más sencilla su comprensión.
Mientras, mi blog estaba bastante desatendido.
No se me ocurria qué escribir en él, una vez agotado el tema de la poesía, y para lo único que me servía era para poner algun aviso de novedades en la web, y para contestar a los muchos mensajes y peticiones de aclaración que me dejaban, tanto en el libro de visitas de la web, como en el propio blog.
Porqué, pese a todo, aún no había descubierto como hacer un enlace a una dirección de mail.
(Mi aventura, como vereis, está plagada de fallos y de descubrimientos).
De vez en cuando hacía alguna entrada, no demasiado digna de mención, pero poca cosa.
Y pasaron los meses...
Un día, hablando de ordenadores en el trabajo, le pregunté a un compañero, más o menos de mi edad, que estaba atento pero no intervenía en la conversación, si él tenía ordenador.
Y su respuesta me dejó parada. "Si, bueno, no"
"A ver- le dije - o tienes o no tienes"
"Mi hijo tiene uno y podría usarlo, pero no lo hago." respondió.
"¿Porqué?" le pregunté.
"Me da miedo a estropearle algo" me dijo.
Era lógica su respuesta.
Era la misma idea que tenía yo, cuando usaba el de mi hija. E imagino que es lo que piensa mucha gente de mi generación, que tan solo han dispuesto de uno cuando sus hijos lo han necesitado. El temor a tocar lo que no se debe y fastidiarles algo.
Eso me llevó a pensar en hacer lo mismo que había hecho con Spaces. Tutoriales de como usar y configurar el ordenador, en las cosas más básicas. Como crear un sitio, o rincón, o como quieras llamar a las cuentas de usuario, en el pc de los hijos, para poder usarlo sin tener que tocar nada en sus cuentas y teniendo tu propia configuración independientemente de la suya.
Me puse a ello y aprovechando unos días de semi-vacaciones empecé a preparar las imágenes de esos tutoriales.
Al principio pensé en ponerlos en la misma web en que tenía los de Spaces, pero luego creí mejor intentarlo en otro lugar, para no mezclar conceptos y porqué la página de Auna, últimamente fallaba más que una escopeta de feria.
Y abrí otra web en lycos, que, de todos los sitios de hosting, de este tema, que encontré, era el más parecido a Auna en su facilidad de trabajo, pues la mayoría lo que hacen es dejarte colgar la página que uno mismo ha creado desde el principio. Y ahí aún no llego. (Aunque algún día quizás lo haga).
A poco de haber abierto esta nueva web, a la que llamé El rincón de Eulalia, por no repetir título, pero buscando la máxima similitud, Ono absorbió Auna.
Eso significó un cambio en las condiciones de la primera web y un buen día me avisaron de que iban a colgarla en un servidor y que tendría que acceder a ella mediante una fttp, lo que significaba que tendría que descargarla cada vez que quisiera editarla y volverla a subir una vez hecho.
Me sentí más perdida que un pulpo en un garage.
No tenía ni idea de cómo se hacía eso.
Investigué, me bajé un programa para subir y bajar la página, que conseguí dominar, otro para editarla, que todavía no se como funciona, agregue a favoritos un montón de sitios que explicaban como usarlo, aunque en versiones anteriores a la que yo había encontrado y me dispuse a intentarlo.
El día que, definitivamente, mi web desapareció de la dirección que usaba para editarla, logré entrar en ella y ¡oh cielos! había cambiado todo.
La página de inicio, ya no lo era. En su lugar habían dejado la de enlaces, una página que había añadido con links a varios sitios de interés para los temas que trataba y la que yo consideraba página de inicio, en la que estaba el título de la web y la lista personalizada de páginas, había pasado a un segundo término y tan solo se accedía a ella y a las demás páginas, a través de la barra de menús original.
Intenté arreglar el desaguisado y volver a ponerla como página de inicio y lo que conseguí, (y a dia de hoy aún no se como lo hice), fue que desapareciera para siempre el menú.
Ya no podía entrar en ninguna de las demás páginas. Tan solo quedaba aquella página de enlaces a la vista, sin acceso a ninguna más, con el agravante de que cada una tenía una dirección distinta, que yo desconocía, con lo que no sabía como acceder a ellas.
Intenté todo lo que se me ocurrió, pero nada me funcionó.
La web estaba difunta.
Y acabé por eliminarla entera.
Dias más tarde, tras dejar aviso en el blog de lo sucedido, volví a rehacer todos los tutoriales, actualizándolos de paso, en la web de lycos.
Por fortuna había guardado todas las imágenes, debidamente ordenadas en carpetas, por temas, en una carpeta única llamada Mi web, lo que me facilitó bastante las cosas.
Lo bueno del caso es que, unos días antes de esta mudanza, lycos me había mandado un mail diciendo que si la web que tenía allí no lograba un mínimo de 4 visitas diarias, tendrían que pasarla a un servidor fttp y no sabía como hacerlo para interesar a alguien a entrar.
Al pasar a ella los tutoriales de Spaces dicha cantidad se vio superada con creces, pues las visitas que hubiese tenido la otra eran todas para ésta.
Y nunca más me han mandado un aviso de esos.

2 comentarios:

Antonio E. Zafra dijo...

Te he invitado a hacer un meme sobre los propósitos del año en el que entramos.

Sobre lo de la entrada, creo que eres una luchadora nata...jejeje. Yo nunca he tenido tanta fuerza de voluntad para aprender tantas cosas.

Ya se, parece mentira que siendo el criticón número uno de las cosas, sea algo perrillo para aprender...jejeje

Eulalia dijo...

Vale, me pasaré por allí a ver de que va la cosa.
Besos.