viernes, 20 de julio de 2012

Ojala me equivoque

Alguien que lea la entrada anterior puede pensar que exagero o que soy muy catastrofista, pero a mi me pone la mosca tras la oreja que hace un par de años el PP hiciera campañas contra la subida del iva y que la primera medida aplicada haya sido una subida bestial del IVA en cuanto ha llegado al poder.

Que haya subido 3 puntos el iva en general quizá no sería tan preocupante si no fuera acompañado del paso de artículos de necesidad del 4 al 21% de una tacada.

O de constatar que no se sube el iva a los artículos de superlujo.

Que encima se recorten prestaciones y sueldos a los empleados públicos.

Y un largo etc.

¿Cual es la reacción lógica de la gente ante esto? Manifestaciones.
Así que sabiendo que se iban a producir, vuelven a poner leyes de la época franquista, como el derecho de asociación y la ley de vagos y maleantes, que les permite atacar ferozmente a los manifestantes y encarcelarlos sin motivo claro.

Esto provoca más malestar y la gente se moviliza aún mas.

Vivimos en tiempos de globalización y redes sociales y la gente ya no necesita repartir octavillas ni reunirse clandestinamente para coordinar las manifestaciones. Basta con un mensaje en twitter, retuiteado hasta la saciedad y otro en Facebook, compartido una y mil veces, para que todo el mundo sepa donde y cuando.

Pues ya se habla de la intención del gobierno de controlar las redes sociales: "Por incitar a la violencia". Ergo: Más represión, lo que devengará en más manifestaciones.

Esto se va a convertir en una espiral difícil de parar que acabará mal, muy mal.

A menos que la sociedad se canse de luchar por un imposible y prefiera callar, pagar y malvivir.

De todas formas, tanto si es así, como si se lleva la lucha por nuestros derechos hasta las últimas consecuencias, no me cabe duda de que dentro de 4 años, o tenemos pp para muchisimos años, o se ha repetido lo del 36.

Y si llegáramos a ésto, que nadie espere que Europa venga a ayudar al pueblo.

Europa ayudará a los de arriba, ya que los que mandan en el resto de Europa, en el fondo, son más de lo mismo.

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