Publicidad en la tele

Desde que Rafa mencionó este blog el pasado dia 31, se me acumula la faena.
Nuevos blogs que visitar, (me gusta conocer a quien tiene la amabilidad de emplear unos minutos de su tiempo asomándose por aquí), conllevan un número mayor de visitas a hacer a diario para estar al día de lo que han escrito.
A veces llego a casa con alguna idea acerca de algún tema que he escuchado en la radio o leido en el periódico; a veces las noticias han sido tan anodinas, o repetitivas, que no merece la pena ni mencionarlas.
O, por el contrario hay tantas, aunque todas de temas ya muy manidos, que la impotencia de pensar que, por mucho que escriba acerca de ellas, nada cambiará, me deja la mente vacía de ideas.

Suelo plantearme qué voy a "postear", durante los más de 40 minutos que tardo en cruzar Barcelona para regresar a casa, si se da el caso, como hoy, que nada ha despertado a la tigresa que va soltando zarpazos a diestro y siniestro, a políticos, cucarachas, maltratadores y otros entes que pueblan nuestro dia a dia.
Hoy he pensado en recuperar algunas entradas de las que he hecho en el blog de spaces, que tratan temas cotidianos y atemporales.
Como éste en el que metí con la publicidad.

Tengo tv. por cable.
Al principio de tenerla, una de las cosas que más me gustaba de esos canales, era que apenas si hacían publicidad en los intermedios; 3 o 4 anuncios y continuaban. Apenas si daba tiempo a quitar la mesa o a poner el café, no como en las teles "normales" en las que mientras te machacan con lo que has de comprar te da tiempo a alicatar la cocina.
Pero hoy me he fijado en que también los canales abiertos de cable se están apuntando al carro.
Por lo visto no pagamos suficiente para mantenerles y han de suplir esta falta de ingresos con la publi.
Pensé que eran manías mías, pero mi hermana me ha dicho: -Cada vez hacen más anuncios- lo que ha ratificado mi impresión.
En una de esas interminables pausas se me ha ocurrido analizar lo que veía y estas son las conclusiones que he sacado.
Para empezar el día, en vez del café con leche que me tomo antes de abrir del todo los ojos, debería tomarme media docena de pseudo lácteos.
A saber:
El que te da vitalidad para todo el día y evita que te difumines; (de ese me salvo pues nunca me he visto menos sólida que de costumbre).
El que te regenera la piel; (yo y mis circunstancias lo estudiaremos y en la próxima junta lo someteremos a votación).
El que regula la flora intestinal; (no recuerdo haberme tragado ningún geranio, así que me lo salto).
Tres o cuatro tazones de cereales distintos para otras tantas zarandajas; (solo de pensarlo me dan escalofríos).
Regado con te de varios sabores y unas cuantas leches de vaca que tienen de todo; (menos leche de vaca).
A media mañana en lugar del bocata debería comerme una galleta de sabor indefinido pero con varios gustos a escoger. (En realidad más de una, pues hay unas cuantas que producen milagros en todo lo mejorable).
Y así todo el día.
Y si pese a todo no me han de mirar dos veces para verme, aunque esté más delgada de lo imaginable si voy a la playa he de llevar algo que me oculte de los demás y echarme al agua sin sacármelo, hasta que lo consiga.
Y todo esto mientras les ves a ellos zamparse un par de Big Mac's con cervezas varias.

Aunque al final me ha quedado una duda razonable:
¿Como me lo monto para estar como el palo de una escoba todo el día y lo suficientemente jamona en "esos" momentos en los que hay que estarlo?.
Porque aunque te pintan a la mujer ideal a un paso de la anorexia, las que les venden a ellos desde maquinillas de afeitar hasta coches que vuelan, tienen las curvas muy bien esculpidas.