Tengo muchos amigos que viven al otro lado del atlántico, a los que solo les llega información de lo que está pasando desde la óptica de los medios afines al des-gobierno del Partido Podrido, ya que la versión de los que, como yo, deseamos una Cataluña independiente y libre de sus garras, se da mayoritariamente en catalán.
Por este motivo deseo, quiero, explicarles a ellos lo que realmente pasa por nuestras cabezas, las de los que, como yo, deseamos que Cataluña deje de ser una colonia española y pase a ser Catalunya, un país que, como demostró hace unos días, es perfectamente capaz de funcionar sin la ayuda del des-gobierno central.
No entraré en razones históricas más que para explicarles que hasta 1714 Catalunya había sido una nación independiente del centro de la península, con quien mantenía una relación similar a la de Puerto Rico con Estados Unidos, aunque sin depender económica ni legalmente de ellos, con legislación y constitución propias. Independencia que perdió, por la guerra de sucesión del trono de España, gracias a la traición de Gran Bretaña que cambió la ayuda que nos daba por la posesión de Gibraltar.
Desde entonces y salvo en contadas ocasiones en que se ha intentado proclamar de nuevo la independencia de España, ésta nos ha tratado como lo que para ella somos: Una colonia.
Similar a las que tenía al otro lado del atlántico, que poco a poco, debido al mal trato de los colonizadores, fueron librándose de su yugo y convirtiéndose en los paises donde ahora vivís vosotros, mis amigos en la lejanía.
No me invento nada cuando digo que para los del gobierno central siempre hemos sido una región rebelde a la que se ha de bombardear cada 50 años, y de la que se ha de extirpar la cultura, el idioma y la identidad para que sea mas fácil dominarla.
Incluso hoy en dia, partidos como Ciudadanos, fundado por un catalán renegado, intenta por todos los medios destruir lo que hemos conseguido en los casi 40 de "democracia" y acabar con nuestra lengua.
Pero también somos una región capaz de convertir las piedras en panes; de superar cualquier adversidad y renacer de nuestras cenizas, lo que nos convierte en uno de los motores del país que nos domina, que sobrevive gracias a nosotros y que, por ende, no tienen ningún interés en soltarnos.
Económicamente, Catalunya aporta al estado español muchísimo mas de lo que el estado devuelve.
Para que se entienda: El estado debería, después de recaudar lo de todas las comunidades, devolver a cada una lo suficiente para mantener en todas ellas un mismo nivel adquisitivo (y no me refiero a las personas individuales, sinó a los respectivos gobiernos autonómicos), basado en la cantidad de personas que hay en cada comunidad y en sus necesidades a nivel de infraestructuras y servicios.
Pero el estado reparte basándose en la fidelidad de las gentes que hay en cada comunidad y así, comunidades mucho menos habitadas que Catalunya reciben muchísimo mas de lo necesario y pueden permitirse autopistas vacías gratuitas, mientras en Catalunya las autopistas son de pago y siempre están llenas, o trenes de alta velocidad con solo 20 clientes al mes que unen pueblos donde no vive nadie, mientras que en catalunya solo disponemos de trenes de antes de la guerra que se estropean dia si dia también.
Después de 40 años de dictadura fascista, a la muerte del dictador, se instauró en el país una mal llamada democracia en la que los mismos que gobernaban a sus órdenes, sin despojarse de sus tics fascistas, se declararon demócratas de toda la vida y fundaron partidos políticos con el único fin de seguir dominando a la población.
Alianza Popular, partido que se reconvirtió en Partido Popular, fue fundado por quien fuera ministro de información y turismo de Franco,
Manuel Fraga Iribarne, el del famoso baño en Palomares, por ejemplo.
Y la casi totalidad de los que hoy en dia están en el gobierno o en los puestos de mayor importancia, son hijos y nietos de los que apoyaron y secundaron el golpe de estado de 1936 que derivó en la guerra civil y acabó con el gobierno elegido por el pueblo.
Incluso el propio rey había sido impuesto por el dictador con la consigna de que nada cambiara.
Pero se tenía que disfrazar esta continuidad, así que se escribió una constitución, bajo la atenta mirada de los generales que habían estado a las órdenes del dictador, a fin de demostrar que realmente todo iba a cambiar.
Pero nada cambió realmente.
Se dividió el país en Comunidades autónomas en lugar de regiones, a fin de maquillar que seguíamos estando bajo su yugo y se permitieron ciertas libertades, como la enseñanza del idioma propio de cada una y que fueran de libre uso en cada una de las comunidades.
Incluso se escribió en dicha constitución que los diferentes idiomas del estado debian ser objeto de cuidados por parte de todos (Artículo 3 de la constitución) aunque en la práctica sigamos escuchando aquello de "A mi me hablas en cristiano" cuando queremos hacer valer nuestro derecho.
En este país siguen mandando los fascistas.
Se subvencionan fundaciones y partidos que alaban al dictador, se hace apología del fascismo de forma totalmente abierta y nadie dice nada.
Alguien dijo hace poco que las cosas que pasan en este país no pasarían en Alemania.
Que allí, si alguien hace el saludo nazi le meten en la cárcel.
Le respondieron que la diferencia estribaba en que Hitler había perdido la guerra, mientras que Franco la había ganado gracias a su ayuda.
Pese a todo ésto, los catalanes aguantamos, más mal que bien, durante muchos años con las migajas que nos iban dando desde Madrid.
Aguantábamos que los trenes siguieran funcionando mal, tener que pagar las autopistas, que muchas de nuestras infraestructuras siguieran gestionadas desde Madrid, a la espera de unas transferencias de gestiones que nunca llegaban, hasta que se decidió revisar el contrato que teníamos con el estado, y reformar el estatuto de autonomía.
Y ahí empezó lo que nos ha llevado hasta el dia de hoy y que explicaré en
otro post para no alargar mas éste.